Casa Mara: A Venezuelan Experiment in Prefabricated Dwelling.

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En 1974, el arquitecto venezolano Jorge Castillo Blanco diseñó un sistema de viviendas prefabricadas de materiales plásticos llamado Casa Mara.

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Alrededor de 43 de estas viviendas fueron adquiridas por la Corporación Venezolana de Fomento para desarrollar un complejo habitacional, referente del desarrollo industrial del país.

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La Casa Mara albergó a los trabajadores y familias de la fundación CIEPE (Centro Estatal de Investigación para la Producción Experimental Agroindustrial). Después de trabajar en una empresa de agroquímicos, regresaban a casa para vivir en edificios de plástico.

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Según el propio arquitecto, estas unidades móviles fabricadas en fibra de vidrio y poliestireno extruido fueron concebidas tomando referencias tan diversas como la forma icónica de un platillo volador futurista, surgido de películas de ciencia ficción y cómics de la época, la configuración del útero materno y de arquetipos de casas indígenas, como la churuata Piaroa. Las casas, diseñadas para albergar a una familia mínima, se produjeron de forma modular en una fábrica naval de Caracas y se construyeron un total de 94, distribuidas por toda Venezuela.

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En conversación con Jorge Castillo en 2020, Joan Benassar señala que para el arquitecto era muy importante insistir en la relación entre las formas onduladas y serpenteantes de nuestros cuerpos y las curvas de la Casa Mara (Benassar:2020): " Una especie de casas cápsula desdibujadas de dudosa genealogía, burlándose de las promesas de la tecnología arquitectónica y transformando la calidad en accesibilidad, en un camino continuo hacia la abstracción.

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Cada módulo se organiza y moldea según las necesidades de los habitantes, y esos mismos cambios también tienen un efecto desproporcionado sobre los deseos de los demás. El mismo espacio puede convertirse rápidamente en una cómoda sala de estar, un taller mecánico, una cámara romántica o una sala de juegos de cartas.

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Por la noche, las ventanas de plástico translúcido se iluminan en diferentes colores. Los módulos también se utilizan como altavoces que amplifican el sonido de la música. Las formas orgánicas y adaptables de las superficies producen numerosos cambios en el estilo de vida de sus habitantes.

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Unos años después del montaje de las primeras casas, todo tipo de nuevas configuraciones prosperan en el laberinto arquitectónico que ofrece la ciudad de Casa Mara.

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